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Durante mucho tiempo l@s psicólog@s, y la psicología, han estado sujetos a una opinión generalizada de banalidad. Ir al psicólogo significaba que estabas loc@, que eras incapaz de resolver tus conflictos o que eras débil. Pero sin ir más lejos de la realidad, las dificultades y los conflictos forman parte de nuestra vida aunque no lo queramos. Como todas las personas, no estamos a salvo de tener que enfrentarnos a conflictos y situaciones no deseadas en nuestras vidas, incluso a veces, estas situaciones se repiten.

Y es cierto, que los psicólogos no tenemos una varita mágica, pero sí que nuestra profesión nos dota para ayudar en esos procesos difíciles aportando herramientas y dando una visión objetiva del problema para ayudar a empoderarte y guiarte en los procesos más complicados. Y es que, no es necesario presentar ningún “trastorno” o “enfermedad” en tu vida para acudir a un psicólogo. De hecho, todos necesitaríamos hacer terapia, ya sea para resolver una dificultad personal o como trabajo de autoconocimiento propio.

¿Cuándo puedo necesitar ayuda psicológica?

  • Si el malestar que sientes es tan fuerte que interfiere en tu funcionalidad diaria.
  • No te sientes capaz de afrontar los problemas tu solo/a.
  • No sabes cómo llevar una situación y esto te conlleva estrés y agobio.
  • Ese malestar se manifiesta con sintomatología (insomnio, estrés, apatía, ansiedad, depresión…)
  • Te cuesta controlar y gestionar tus emociones.
  • Sientes que estás a punto de perder el control y eso te asusta.
  • Tienes cambios de humor injustificados y tienes problemas para comunicarte con las personas que te rodean.

¿Te sientes identificado en algún punto? Si es que sí, si quieres puedo acompañarte.